"Shaking, quaking
Waking me when I'm asleep
Never lets me go too deep
Summons me with just one beep
The price we pay is steep"
NO PHONE
Cake
Pressure Chief
Columbia
2004
(ENGLISH AHEAD) Hace un mes me robaron el móvil. Y digo bien. Aunque yo me lo dejé en un restaurante y regresé al poco de darme cuenta, alguien se lo había apropiado ya. Me gustaría haber visto, sin embargo, la cara del sinvergüenza al darse cuenta de que el aparato tenía la pantalla de cristal líquido rota y ya saben ustedes lo que éstas tardan en morir definitivamente. A mí mismo ya me costaba últimamente usarlo, pues veía la pantalla a trozos.
Como quiera que los señores de Robafone ya me habían jugado una mala pasada con la historia de los mensajes Premium que yo nunca solicité y que me cobraban religiosamente hasta que vi la factura y puse el grito en el cielo, decidí cambiar de operador. Acepté la oferta de ladr-ONO para hacer una portabilidad (bendito y maldito -a la vez- neologismo) y esperé con ansias mi nuevo terminal smartphone. Un día después de desconectarme del antiguo operador llega por correos el nuevo móvil, que muestra nada más encenderlo una reconocible línea negra de parte a parte de la pantalla de cristal líquido o del material que sea del que esté hecho. Así empezó el antiguo. Así que lo devolví. Bueno, no fue hasta una semana después que se dignaron a recogerlo, porque en la tienda rechazan quedarse con cualquier móvil defectuoso como si éste les fuera a transmitir una enfermedad infecto-contagiosa. Mi portabilidad había comenzado el 18 de enero. A día de hoy sigo sin móvil. La única opción que la compañía ha barajado para solucionar el tema fue "libérese el antiguo móvil". No hace falta que les diga el tiempo y el dinero que llevo gastado en el absurdo mundo de los servicios (de pago) de (a)tensión al cliente: operadores inoperantes, preguntas reiteradas mil veces, transferencias de departamento en departamento, etc... para no conseguir nada. Si les digo que, entretanto, el móvil de mi pareja llegó también defectuoso y que éste todavía ni siquiera han pasado a recogerlo, multipliquen por dos el cabreo.
Ayer se descuelgan con que mi móvil lo están reparando (¿reparando?¿si no le he llegado a usar?¿he pagado cien euros por un móvil que voy a estrenar ya reparado?¿reparando una pantalla de cristal líquido?¿esas que en la tienda te dicen que cuesta más la reparación que un móvil nuevo?) y que el plazo de la nueva entrega es de hasta un mes (¡un mes!). Si hoy pido un juego entero de té a China me llega antes y en mejores condiciones que su móvil. Lo dicho, empresa de tele(in)comunicación busca cerebrito para presidir consejo de administración. ¿Tan difícil es pensar en el concepto "móvil de cortesía"?
Lo curioso del tema es que yo estoy tan feliz sin móvil. Estoy localizado en mi trabajo, mi fijo funciona perfectamente y, qué quieren que les diga, he vuelto a experimentar la libertad de no estar pendiente del dichoso aparatito del demonio. Les aseguro que hay vida sin móviles, como que hay vida también sin televisión y hasta sin internet, todas esa necesidades innecesarias creadas con la idea de mantenernos enganchados a algo (pero que sea de pago). Pero una cosa es sentirte libre y otra cosa es sentir que te toman el pelo como a un ignorante.
En definitiva, yo quiero mi móvil para poder odiarlo, como Cake: "¡por favor, que deje de sonar, hoy quiero estar solo!"
A month ago my phone was stolen. Although I had left it in a restaurant and rushed back shortly afterwards, someone had already pinched it. I would have loved to see the thief's face when he realized that its LCD screen was smashed and it wouldn't take very long until it went definitely black.
Since my previous provider Robafone had ominously charged me for Premium text messages that I hadn't agrred on, which I just noticed when I saw the bill, I decided to quit with the company and switched carriers. I accepted ONO's offer for portability (dammed and blessed neologism) and eagerly waited for my new smartphone terminal. A day after the former operator was disconnected I got the new phone by mail, but it showed this recognizable black line crossing the LCD screen. The old one started this way. So I sent it back. Well, it was not until a week that they decided to come and pick it up, because in the store they refused to keep any defective phone as if it would spread a contagious disease. My portability began on January 18. I still have no mobile phone. The only option the company has considered was "unlock the old device." No need to tell you how long and how much I've spent on the absurd world of customer service: inoperative operators, questions repeated a thousand times, transfers from one another, etc. .. . only to solve nothing. If I tell you that my partner's device was also faulty and this one hasn't even been picked up... just multiply our anger by two.
Yesterday the company's supervisor in Madrid told me that the phone was being repaired ("repaired"? I haven't even used it! I've paid a hundred euros for a phone that won't be brand new? Repairing a LCD screen? Isn't this the kind of damage you are told not to repair because the fix costs more than a new one?) and that the deadline to receive it was up to a month (a month!). If today I ask for a whole tea service from China I could get it sooner and in better condition than your mobile. Tele(in)communication company in search of a brain to chair the board of directors. What about concept of "courtesy terminal"?
The curious thing is, I'm so happy without a mobile phone. I am experiencing again the freedom of not being hooked on such evil device. I assure you that there is life without phones, and also that there is life without TV and internet, all these unnecessary necessities created with sole the idea of keeping us hooked on something (something that has to be paid for, of course). But one thing is to feel free and another thing is to feel your an asshole.
In short, I want to have my mobile to be able to hate it, just as Cake does in this song: "no phone, no phone, I just want to be alone today!"
Enlaces/Links:
Cakes's official site: www.cakemusic.com
A los de ONO ni pipas, brillante texto, brillante reflexion, excelente canción para ilustrarlo
ResponderEliminarTengo un único móvil con los de Orange desde hace años, tarifa mínima de seis euros al mes, eso no duele, apenas lo uso pero siempre lo llevo por si hubiera una urgencia, además uso también la cámara y antes escuchaba música, pero hace poco me pasaron un iPod... Tengo teléfono fijo y uso ordenador, para qué quiero un móvil??? para perder la vista???, no gracias...
ResponderEliminarSaLu2
Todos son iguales. Yo me he pasado de YA.COMo cobrarte sin darte el servicio a telefónica de toda la vida. De la oferta que me dieron dos cosas tenian letra pequeña...En fín, aún así mejor que los maleducados de tensión al cliente que no te solucionan nada cuando tienes una avería y te quieren multar por un supuesto compromiso que adquiriste al contratar un plan de llamadas de fijo a móvil que nunca usaste porque jamás te notificaron que lo habían dado de alta.(Buff, parece que hablo sin pausas como ellos) Y ahora a la oficina del consumidor.
ResponderEliminarLa adicción del móvil es un exceso entre los excesos. Ni te cuento mi opinión sobre las compañías de teléfonos, pura decadencia, para que luego se quejen de otros oficios o empresas.
ResponderEliminarTodos unos ladrones.
ResponderEliminarEn la universidad, en clase de política de comunicaciones, nos contaban con cifras reales cómo a un gran operador, como Telefónica, le salía más rentable incumplir sistemáticamente la ley y pagar las irrisorias multas, que cumplir la ley y dar un buen servicio.
Bienvenido a la realidad 1.0... o 0.0, como la San Miguel
Welcome to the blog, Vicent!
EliminarSi al final la culpa la tiene el Congreso de los Diputados, como todo. Tenemos unos legisladores de pacotilla, unos vendidos a las grandes corporaciones, que a hora de aprobar leyes miran por todos menos por los consumidores. Puag!
Y no olvides los poderes ejecutivo y judicial, porque después de hacer malas leyes, encima no se hacen cumplir o se ponen en práctica de manera arbitraria, dando lugar no solamente a la sensación de indefensión, sino a un desconcierto apabullante en el ciudadano
ResponderEliminar