"Check my last pic
I bet you'll like it
How many follow me already?
Cuz I'm an online treasure
Constant exposure
For your own leisure time
Narcissistic pleasure"
NARCISSISTIC
Beiju
Narcissistic (single)
2014
Self-edited (?)
Hace aproximadamente un año que sucumbí a la moda de sacar, retocar y compartir selfies en las redes sociales de manera regular. Cómo no, yo era uno de tantos que previamente había tildado a los selfiemaníacos de pobres seres narcisistas necesitados de reconocimiento y de una autoestima más alta, personas con serios problemas mentales ocultos tras una fachada convenientemente manipulada para dar sensación de (falsa) seguridad en sí mismos. Unos inadaptados sociales, vaya. Habría que preguntarse si un año después me he transformado en todo eso por obra y gracia del bendito/maldito smartphone, si ya lo era antes, pero no lo sabía, o si todo eso no son más que paparruchas. Vamos a ello.
Basta con googlear las palabras "selfie" y "problemas" y obtendremos una variopinta selección de descripciones de individuos junto a los que aparecen adjetivos como ególatra, irritable, adicto, vanidoso, enfermo, antisocial, inestable, inseguro, superficial..., y no sigo, porque ya os podéis imaginar. Incluso la prestigiosa APA (American Psychiatry Association) aventura el grado de la enfermedad según el número de selfies que te sacas y compartes al día: la selfitis puede ser borderline, aguda o crónica. Si te haces y compartes tres al día, estás perdido, lo tuyo es una enfermedad para toda la vida.
Dicho esto, no voy a contradecir a los estudiosos de universidades de medio mundo cuando alertan de los peligros para la salud mental del autofotismo compulsivo, porque estoy seguro de que mucho de ello es verdad. Es más, todos los fans de esta moda deberíamos informarnos y leer qué dicen de nosotros las mentes pensantes, como cuando leemos nuestro horóscopo para verificar cuánto nos reconocemos en él. Del nivel de espanto que nos produzca mirarnos en ese espejo dependerá nuestra respuesta futura. Si la sudoración es máxima, quizás sí deberíamos replanteárnoslo. Si, por el contrario, esbozamos una leve sonrisa al leerlo, quizá estemos preparados para definir nuestros propios...:
BENEFICIOS DE LOS SELFIES!!!
1. Fomentan la creatividad: Nunca hay una mala foto, ni un mal filtro, ni una mala app. El retoque fotográfico debería ser asignatura obligatoria en las escuelas, para que vayan aprendiendo.
2. Mejoran tu imagen personal: Aunque a nadie le guste cumplir años, hay que tener presente que la galería de un buen selfiemaníaco está repleta de autofotos desde el comienzo de los tiempos (del smartphone) que te recuerdan constantemente cómo eras apenas hace un par de semanas, meses o incluso años. De ahí el esfuerzo en ofrecer siempre la mejor versión de uno mismo.
3. Mejoran tu grado de independencia personal: Pero a ver, si la gente se ha hecho selfies toda la vida... O no os acordáis de eso de: "por favor, ¿me puedes hacer una foto?". ¿Quién coño queríais que saliera en la foto, la Torre Eiffel? Para eso estaban las postales. Además, el 90% de las veces elegíamos al más torpe de los fotógrafos que nos sacaba una foto de mierda. En estos casos, siempre selfie, por favor. Y a molestar a otro sitio.
4. Marean al personal: Si no te lo curras demasiado, un selfie distraído, mirando para otro lado, de media cara, o en el que no se te vean los ojos, así en plan "uy, se me ha disparado la cámara" te da un aire de misterio y descoloca a aquellos que piensan que los selfiemaníacos somos adictos al postureo (que lo somos)
5. Te ayudan a socializar (vamos, que ligas más): Independientemente del grado de profundidad de la interacción que surge entre selfiemaníacos o entre fans de la autofoto y gentes que no han colgado su rostro en su vida, hay que decir que, mientras un selfie no va a ningún sitio, los que ya tenemos selfitis aguda o crónica ya hemos expuesto suficiente material en las redes como para haber captado la atención de algún internauta ávido de... (...ávido de lo que sea) que nos haya mandado algún mensaje directo o simplemente haya comentado alguna de nuestras fotos con alguna intención oculta aunque fácilmente descifrable.
6. Te obligan a autoexaminarte: Qué duda cabe de que un selfie sin likes ni comentarios es la pesadilla de todo narcisista en ciernes, pero como un buen amigo me repetía insistentemente estas vacaciones: "todo el mundo tiene su público", así que tranquilos, que eso apenas pasa. Cuando expones tu imagen, las respuestas deben ser sometidas a examen y no creer lo primero que te digan. Ni eres nunca tan guapo como te dicen, ni los trolls conseguirán hacerte pasar un mal día cuando se les va la pinza. Al final, no hay que tomarse nada muy en serio.
7. Recomponen tu autoestima: Y sí, inevitablemente, para todos aquellos cuya autoestima se ha visto recientemente dañada, mirarse un par de veces en el agua del lago y sonreírle a tu imagen puede ser terapéutico. Quedarse embelesado todo el día ya es como para preocuparse.
Entonces, ¿qué hay del ego? Pues el ego hay que cuidarlo, hay que darle de comer, pero que no se haga tan fuerte que rompa los barrotes y se escape de manera que vaya por delante de nosotros mismos. La mala fama del selfie viene precisamente por la cantidad de gente a la que su ego se le ha ido de las manos.
Beijou es el proyecto de Caitlin Seager, la frontwoman de la banda de Brooklyn Night Manager. Hace exactamente un año que editaron este single de pop psicodélico cuya letra relata espléndidamente la excitación que nos produce el momento de captar y compartir cada uno de los instantes de nuestra vida en un intento de obtener un feedback inmediato que nos haga escapar del aburrimiento y la sensación de vacío en nuestras anodinas existencias. Etiquetar a los amigos, comprobar el número de likes a cada instante, todo muy verídico, porque la línea que separa el uso lúdico y despreocupado del selfie de la dedicación exclusiva y enfermiza es tan, tan, tan delgada...
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