"La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión. Que la música sea el alimento del amor." "Music is synonym of freedom, of playing what you want and how you want, as long as it's good and made with passion. Let music be love's food." Kurt Cobain (1967-1994)
(ENGLISH AHEAD) Le prometí a mi colega Barrie, del blog Bearly Rambling, que haría una entrada sobre el rock español de los 60 y 70. Ese que él escuchaba en la Costa Brava mientras estaba de vacaciones en plan hippy. Sus recuerdos en cuanto a nombres de grupos eran increíbles, pues conocía a muchos más yo. La verdad es, que un ciudadano británico, tan supuestamente bien educado en esto del rock conociera y estimara a bandas como Los Bravos, Los Brincos, Bruno Lomas y Los Rockeros, Los Canarios, Los Cheyennes, Fórmula V, Lone Star, Micky y Los Tonys, Los Mustang, Los Pekenikes, Charol, Pop Tops, Los Salvajes, Los Sírex, The Wild,Z-66, Tony Ronald Group, Los Relámpagos, Módulos, Pic-Nic, The Grimm, Los Diablos... (la lista es suya, no mía) me causaba una doble sensación de orgullo, por ver el reconocimiento exterior de una música que para nosotros era tan local, y vergüenza, por notar que, como casi siempre, hasta que no se nos reconoce fuera, no aceptamos nuestras propias virtudes.
Pero más que hacer un repaso musical con todos esos grupos, me quiero quedar con una canción de Los Bravos que escuché por primera vez años después de que se publicara, pero me impactó por su gran calidad. Coincidía que a mediados de los ochenta yo estaba inmerso en mi particular descubrimiento del rock sinfónico, casi diez años después de que las grandes bandas progresivas ya no estuvieran de moda (me refiero a Emerson, Lake and Palmer, King Crimson, Genesis y, especialmente, Yes). Y había algo en este single que conectaba con la música que yo escuchaba por entonces. Hoy he descubierto, mientras me informaba sobre la canción, que el cantante, Anthony Anderson es ni más ni menos hermano de Jon Anderson, el mítico vocalista de Yes. Probablemente esa superposición de voces en el estribillo y en la parte final del tema me recordaban a algún otro de Yes como I've Seen All Good People (que, curiosamente, es posterior a este), y es que leo por la red que se trata de una composición de la última etapa del grupo, ya sin el famoso Mike Kennedy (sí, el que canta el Black is Black), en la que la banda se decanta por sonidos menos comerciales y apuesta por un acercamiento a las modas del rock sinfónico de la época.
Sea como fuere, People Talking Around es una canción majestuosa, enorme como una catedral. Y el grupo, como tantos otros de aquella época de tímida apertura, representó la avanzadilla de aquello que una década después se vino a llamar "la movida". Os dejo el vídeo para que disfrutéis, no sólo de la canción sino también de su impresionante directo. Currantes de la música como la copa de un pino.
I promised my colleague Barrie, from Bearly Rambling blog, that I would write an entry on the Spanish rock of the sixties and seventies. The one he used to listen to on the Costa Brava, while enjoying hippy holidays there. His memories about group names were amazing, because he knew a lot more than I. The fact that a British citizen, so supposedly well-educated in rock matters, would know and appreciate rock bands like Los Bravos, Los Brincos, Bruno Lomas y Los Rockeros, Los Canarios, Los Cheyennes, Fórmula V, Lone Star, Micky y Los Tonys, Los Mustang, Los Pekenikes, Charol, Pop Tops, Los Salvajes, Los Sírex, The Wild , Z-66, Tony Ronald Group, Los Relámpagos, Módulos, Pic-Nic ... (the list is his, not mine) caused me a double sense of pride, to see the external recognition of music that was so local for us, and shame, by noticing that, as usual, we don't believe in our virtues until someone else outside does first.
But rather than a musical review with all these groups, I want to highlight a song by Los Bravos that I listened to for the first time years after it was published, but I was struck by its quality. In the mid-eighties I happened to be immersed in my own personal discovery of prog rock, almost ten years after the great progressive bands were no longer fashionable (I mean Emerson, Lake and Palmer, King Crimson, Genesis, and especially , Yes). And there was this single that connected with the music I was listening to by then. Today I discovered, as I browsed the web for information on the song, that the singer, Anthony Anderson is the brother of Jon Anderson, the legendary lead singer of Yes. Probably this overlapping of voices in the chorus and at the end of the song reminded me of Yes's I've Seen All Good People (which was actually written a year later), and I've also read in the net that this composition belongs to the final stage of the group, when famous vocalist Mike Kennedy (yes, the singer in Black Is Black) had already left the band. It is the time when the group opts for less commercial sounds and commits itself to a more fashionable prog rock approach.
Anyway, People Talking Around is a majestic song, big as it may. And the group, like many others of that era of timid opening in Spain, represented the avant-garde of what a decade later was known as "la movida". Here is the video for you to enjoy not only the song but also their impressive live performance. This is professionality at its best.
CXXIV "Rata de la més mala delinqüència, t'esqueia una altra mort amb violència, la fi de tants des d'aquell juliol."
FINAL!
Miguel Poveda
Desglaç
Discmedi
2005
Luis XVI por los pelos
(ENGLISH AHEAD) Para no irme demasiado lejos en el tiempo, empezaré recordando a Luis XVI, rey de Francia, guillotinado por los abanderados de la Primera República Francesa en 1793. Dando un salto de más de un siglo, el zar Nicolás II y su familia no corrieron mejor suerte de mano de los soviets en 1918. Poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Mussolini dio con sus huesos en una plaza milanesa, colgado de los pies, tras haber sido capturado y fusilado por unos partisanos comunistas cuando intentaba huir hacia un refugio de dictadores denominado Suiza.
Mussolini y Cia en el secadero
Era el 28 de abril de 1945, dos días antes de que Hitler se quitara la vida en su búnker berlinés en un pretendido acto de evitar el juicio de la humanidad ante sus crímenes y que no hizo sino subrayar el carácter mediocre, mezquino y cobarde del susodicho. Más reciente es el caso de Anastasio Somoza, ex-dictador nicaragüense, que fue asesinado en 1980 en su dorado exilio paraguayo (ofrecido por el no menos sanguinario dictador Stroessner) por un grupo guerrillero marxista argentino (curioso el dato de la calle en la que Somoza sufrió su "accidente": avenida Francisco Franco).
Ceaucescu y esposa, muy serios
Cómo no recordar el juicio sumarísimo y posterior fusilamiento de Nicolae Ceaucescu y esposa en el día de Navidad de 1989, a manos de un pseudo-tribunal popular cutre que decía representar al pueblo, o al salvaje Pol Pot, que fue devorado por su propia criatura, los jemeres rojos y extraoficialmente hecho desaparecer en 1998 (oficialmente víctima de un infarto) en medio de la jungla camboyana, donde estaba prisionero. A buen seguro esta lista es incompleta, pero éstos son los nombres más relevantes que me han venido a la cabeza de forma cronológica sin consultar muchos datos en Internet.
Vistas desde la distancia, todas estas ejecuciones de tiranos a manos de grupos más o menos representantes de sus propios pueblos oprimidos nos resultan poco más que guiños irónicos del destino, jugadas maestras escondidas en la manga que el sino les tenía preparadas a aquellos que habían despreciado de forma tan flagrante la dignidad humana. Pero parece ser que la historia es caprichosa y hay quien se empeña en reescribir capítulos que ya han sido contados cientos de veces en los libros. Y así, en nuestro presente, la caída en desgracia de los dictadores de Túnez, Egipto y, cómo no, Libia, nos demuestra que la tozudez humana no tiene fin.
Ante la evitable espectacularización del ajusticiamiento de Gadafi, tan cruel y sanguinario como los crímenes que él mismo cometió, pero casi tan inevitable como el de los tiranos que más arriba he citado, cuyo castillo de naipes se desmorona en el momento en que la sociedad hace click y la autoridad del poder tiránico frente a su pueblo oprimido es definitivamente superada, no hago otra reflexión que la siguiente: si yo me llamara Bashar Al Assad, no dormiría tranquilo en mi Siria encendida.
Fernando VII, su cara lo dice todo
Curiosamente, aquí en España, no hemos gozado nunca de semejante catarsis nacional, y eso que ocasiones hemos tenido. Reyes absolutistas, los que quieran (ésos Austrias); monarcas extranjeros que negaron su identidad a otros pueblos (ese Felipe d'Anjou), o que hicieron de la corte su cortijo, para vendernos luego al mejor postor -léase Francia- y salir indemnes de la operación (ay, ese Carlos IV y su ínclito hijo Fernando VII, posiblemente el monarca de la peor calaña que pisó suelo patrio) y dos, sí, sólo dos dictadores propiamente dichos: Primo de Rivera y Franco. El primero lo tuvo fácil, pues el rey Alfonso XIII (otro que tal baila) bendijo su golpe de estado al principio y le obligó a dimitir al final. Moría tranquilamente en París a los seis meses de dejar el poder.
La vergüenza nacional
Del segundo, qué les voy a contar... A estas alturas mis pocos pero fieles lectores ya saben de qué pie cojeo ideológicamente hablando. Si después de todo esto les digo que el linchamiento a Gadafi me parece una brutalidad, y que lo que les deseo a todos los dictadores es un final al estilo Radovan Karadzic (calentando silla en el Tribunal de La Haya) me tacharán de "bambi", pero mi postura es moral: deseo aquello que dignifique a la raza humana. Pero de ahí a no sentir asco y desear la peor de las torturas a aquellos que han infligido tanto dolor gratuito en nombre de una ideología o religión va un trecho. Y eso de tener a un dictador enterrado en Patrimonio Nacional rodeado de los espíritus de aquellos que fueron obligados a construirle el mausoleo para que todos los años un puñado de fanáticos sigan rindiéndole homenaje público no se ve en ningún lugar del globo. Y es que, ni lo de Gadafi, ni lo de Franco.
Por eso me identifico tanto con el poema de Joan Brossa, Final! Un grito de alegría y asco contenido durante años. Un texto brutalmente directo, una bomba detonada por la sed de justicia y el desencanto de ver cómo Franco se fue de este mundo sin ni siquiera sentir ese miedo que hoy hemos recordado en las caras desencajadas y las miradas ausentes de Ceaucescu o Gadafi antes de morir. Ni siquiera sintió la indignación de un Pinochet ante la incomprensión de un juicio que nunca pensó protagonizar. Ni por supuesto, jamás escuchó las condenas de parte de un tribunal democráticamente constituido como lo hicieron los generales argentinos. Por todo eso se me revuelven las tripas como a Brossa cuando escucho eso de "pues Franco hizo muchas cosas buenas".
Y vamos, por fin, con la música. Por si el poema de Brossa no fuera material suficientemente explosivo, lo que hace Miguel Poveda con él es doblemente valioso. Si eres de los que no has descubierto al cantaor catalán por tener todavía reparos con el flamenco, te aconsejo empezar con este disco en que muestra su versatilidad, más allá del flamenco, cantando poemas de Brossa, Verdaguer o Margarit en la lengua en que fueron escritos. Su interpretación de Final!, a ritmo de tango, es tan desgarradora y emocionante como cualquier soleá a las que nos tiene acostumbrados. Si ya es difícil de por sí ponerle música a la poesía, más lo es cantarla sin traicionar el espíritu de la composición. Pero los genios tienen eso, que si se juntan, crean más arte, más belleza. La rabia que emerge de la obra de Brossa se convierte en un canto de triunfo, el de los que todavía estamos vivos para mandar un mensaje de firmeza a los que nos gobiernan. Una vez más, el arte se pone al servicio de la Humanidad.
Not to go too far in time, I'll start remembering Louis XVI, King of France, guillotined by the leaders of the First French Republic in 1793. Jumping over a century, Tsar Nicholas II and his family did not have a better end in the hands of the Soviets in 1918. Shortly before the end of World War II, Mussolini end up in a square in Milan, hung upside down, having been captured and shot by communist partisans while trying to flee to a refuge of dictators called Switzerland. It was April 28, 1945, two days before Hitler took his life in his bunker in Berlin in an alleged act of avoiding the judgement of mankind to his crimes and did nothing but emphasize his mediocre, miserable and coward behaviour. More recently, the case of Anastasio Somoza, former Nicaraguan dictator, who was assassinated in 1980 in his golden exile in Paraguay (offered by the no less cruel dictator Stroessner) by an Argentinian Marxist guerrilla group (thre is a curious fact regarding the street where Somoza suffered his "accident": Avenue Francisco Franco). How can we forget the summary trial and subsequent execution of Nicolae Ceausescu and his wife on Christmas Day 1989 at the hands of a dodgy pseudo-popular tribunal which claimed to represent the people, or the savage Pol Pot, who was devoured by his own creation , the Red Khmer and unofficially made to disappear in 1998 (officially of a heart attack) in the jungle of Cambodia, where he was detained. Surely this list is incomplete, but these are the most important names that have come to me in chronological order without consulting much information online.
Seen from a distance, all these executions of tyrants at the hands of groups more or less representative of their own oppressed people appear to us as little more than ironic twists of fate, master strokes that were hidden in the sleeve of destiny destined to those who had despised human dignity so flagrantly. But it seems that history is fickle and there are those who insist on rewriting chapters have already been told hundreds of times in the books. And so, in our present, the downfall of dictators in Tunisia, Egypt and, of course, Libya, shows that human stubbornness has no end.
After the avoidable show of the execution of Gaddafi, as cruel and bloodthirsty as the crimes that he had committed, but almost as inevitable as that of the tyrants I have quoted above, whose house of cards falls apart the moment society wakes up and the tyrannical authority on his oppressed people is definitely overcome, my only conclusion is: if I were Bashar Al Assad, I would not sleep peacefully in my outraged Syria.
Interestingly, here in Spain, we have not ever enjoyed such a national catharsis, and not because we have had no opportunities. Absolutist kings, we did have (see the Habsburgs) foreign monarchs who denied their identity to other peoples (see Philip d'Anjou), or those who turned court into their farm and then sold it to the highest bidder -read France- and get away with the operation unharmed (oh, the illustrious Carlos IV and Fernando VII his son, possibly the worst monarch to set foot on native soil) and two, yes, only two dictators: Primo de Rivera and Franco. King Alfonso XIII (another nasty figure) blessed his coup at the beginning and forced him to resign at the end. He died peacefully in Paris within six months of leaving office.
The second, what can I tell you about the second ... At this point my few but faithful readers already know where I stand ideologically. If after all this I say that lynching Gaddafi seems to me a brutality, and what I wish is that all dictators end up at the tribunal in The Hague as Radovan Karadzic, I'm sure I'll be called naive. But my stance is a moral one: I want what dignifies the human race. Saying so, I don't mean I have never wished the worst of the tortures to those who have inflicted so much pain in the name of an ideology or religion. Moreover, I find having a dictator's tomb on National Heritage, surrounded by the spirits of those who were forced to build his own mausoleum, so that a handful of fans can continue to pay public tribute to him every year is a grotesque scenario never seen anywhere else. So, neither Gaddafi's lynching, nor Franco's memory preserved in public places.
That is why I identify myself with Joan Brossa's poem Final! A cry of joy and disgust kept in for years. A brutally direct text, a bomb detonated by the thirst for justice and disappointment of seeing Franco leave this world without feeling the fear that today we have seen in the shocked faces and absent looks or Gaddafi or Ceausescu before they died . Not even did he feel the indignation of Pinochet before a trial that he never thought he would star in. Of course, he never heard the sentences of a democratically constituted court as the Argentine generals did. For all that, my stomach gets turned as Brossa's when I hear such things as "but Franco did many good things..."
Now, let's get into the music stuff. The poem is explosive material, but Miguel Poveda has made it doubye valuable. If you are have not yet discovered the Catalan singer because of you still have qualms with flamenco, I advise you start with this album that shows his versatility beyond flamenco, singing poems by Brossa, Margarit Verdaguer in the language in which they were written. His interpretation of Final!, to the rhythm of tango, is so poignant and exciting as any of the flamenco pieces to which we were accustomed. It is really hard to add music to poetry, and even more to sing it without betraying the spirit of the composition. But geniuses are so, if they come together, they create more art, more beauty. The rage that emerges from Brossa's work becomes a song of triumph, the triumph of those who are still alive to send a firm message to those who govern us. Once again, art is at the service of humanity.
CXXIII "Vigila lo que lees, controla lo que oyes; no te dejes influenciar"
¡MUÉVETE YA!
Los Morcillos
Los muertos estamos vivos
Subterráneo Records
1997
Acabo de leer que Rubalcaba promete (verbo políticamente despojado de toda carga semántica) elaborar una nueva Ley Hipotecaria para regular la dación en pago y suprimir los privilegios de la Iglesia Católica, entre otras cosas. Lean aquí.
No sé ustedes, pero yo no creo que en un paisaje electoral anterior al 2011, cuando el movimiento 15-M todavía no había irrumpido en calles, plazas y redes, el líder socialista hubiese siquiera pensado en plantear dichas cuestiones.
Pues nada, lo dicho, hay que manifestarse para dirigir nuestra indignación hacia los verdaderos causantes de la misma. Nosotros ya hemos recibido suficientemente nuestra parte de castigo por haber tenido los ojos cerrados durante tanto tiempo. Pero, que no nos engañen más: la crisis tiene un nombre, y no es el de los profesionales de sanidad, los jornaleros andaluces, los rumanos, árabes o chinos, los profes de la pública, las AMPAS que venden camisetas verdes, los sindicatos, Almodóvar, Sabina o Guillermo Toledo, la juventud botellonera, los mendigos o los morosos... ¿sigo?
Morcillo, el castellonense incombustible, nos pega ese empujoncito para no quedarnos en casa hoy viendo el fútbol y salir a decirle a los poderosos que sus balances económicos estratosféricos no son más que un efecto de su huída hacia delante, porque cuanto más ganan, más poder pierden ante la masa social descontenta. Tomen nota.
CXXII "When there's nothing left On this plate you're handed You find yourself Running the gauntlet Of all of these double standards"
WHAT ARE YOU?
David Gray
Flesh
Virgin Records
1994
(ENGLISH AHEAD) Un lameculos asesorando al amiguete de su pueblo en la Diputación Provincial a razón de 3000 euros al mes, un joven trabajador de una cadena de montaje sin graduado escolar paseándose en un descapotable, una pareja de novios sin empleo fijo embarcados en una hipoteca a 25 años para tener piso en propiedad en cuanto se casen, un ex-diputado cobrando pensión vitalicia tras cuatro años de servicio a la patria, tres ejecutivos de una caja nacionalizada que se reparten 24 millones de euros en concepto de indemnización, criaturas de doce años portando móviles de última generación, Mirós decorando las paredes del cuarto de baño, proyectos de pistas de esquí en la aridez del verano mediterráneo... Punto y seguido.
Jauja es una provincia del altiplano peruano de la cual tenemos noticias gracias a los indianos que, tras enriquecerse por aquellas tierras, regresaron a España cantando las maravillas del lugar que dejaban atrás, una suerte de paraíso terrenal donde todo, desde el clima, las tierras y las oportunidades de negocio, eran más que favorables. De repente Jauja se traslada a una península del sur de Europa y comienza a venderse la ilusión de un Spanish Dream basado en el pelotazo y la especulación a costa de la supina ingenuidad de la clase media trabajadora, que vio crecer los bloques de edificios en sus ciudades cual champiñones tras la tormenta sin preguntarse siquiera quién coño los iba a llenar. ¿De verdad los bancos y los políticos tienen toda la culpa? Bueno, mucha sí. Pero no olvidemos que somos nosotros, sólo nosotros, quienes estampamos nuestra firma en los contratos de hipoteca.
Y ¿en qué nos hemos convertido?, canta David Gray. ¿Quién nos creíamos que éramos? ¿De qué nos extrañamos? ¿En serio alguien creyó que semejante situación iba a durar toda la vida? El cantautor irlandés, un pedazo de artista, un genio como la copa de un pino, muestra su rabia ante la estupidez humana de sucumbir una y otra vez ante el dinero y la ilusión de riqueza. En su voz, que suena más desagarrada e iracunda que nunca, acostumbrados a la suavidad, calidez y elegancia de sus baladas, se esconde un sonoro bofetón a las conciencias de los ciudadanos de a pie que literalmente "han sacrificado el poema de la imaginación por un puñado libras y peniques". Pues sí señores, si hubiese más poesía en nuestras vidas hace tiempo que nos habríamos dado cuenta de que Jauja no se crea, solo se imagina.
A bootlicker advising his long-life friend from school at the Local Council at 4,000 dollars a month, a young drop-out working on the assembly line and driving around town on a convertible, a young couple with no steady income signing a 25-year mortgage in order to be able to say they own a flat when they get married, an excongressman enjoying a retirement pension for life just for serving the country over the last four years, three high executives of a savings bank recently nationalised sharing out 32.000,000 dollars payment for compensation (?), 12-year-olds holding last generation mobiles, Mirós hanging from bathroom walls, ski resorts projected on the driest areas of the Mediterranean coast…
The Spanish expression 'Esto es Jauja' is equivalent to the English 'You think this is a holiday camp!', only we use the name of a Peruvian province to illustrate such paradise, as this was the description wealthy Spaniards having lived and worked there used to spread; hence the expresión: This is Jauja! Suddenly, the holiday camp moves to southern Europe and the volatile Spanish Dream starts making its way through people’s minds. An illusion based on speculation and a get-rich-quick scheme at the expense of the crass naivety of the working middle-class who saw thousands of blocks of flats spreading up like mushrooms after the storm without even wondering how they could ever be dwelt in. Were banks and politicians really the only culprits? Well, they were, to a big extent. But don’t you ever forget that it is us, and only us, that actually sign the mortgage contracts.
So, what have we become? –David Gray sings. Who did we think we were? What do we look so surprised at? Did anyone really believe such unreal situation was going to be there for ever? The Irish songwriter, a true artist, a top genius, shows all his anger against human stupidity, which makes us succumb again and again to money and richness delusion. His voice, other times soft, warm and elegant, sounds now furious and hoarse as ever, and hides a resounding blow on the minds of the citizens who literally “sacrificed the poem of their imagination for these pounds and pence”. Well yes, if there were more poetry in our lives we might have noticed long ago that there is no holiday camp but in our dreams.